Estas medidas, que han incluido su designación como embajadora en Israel y, posteriormente, como consejera en Turquía, han sido interpretadas como intentos de aislarla políticamente y evitar que ejerza sus funciones dentro del país.

El conflicto escaló aún más cuando Noboa designó a otra funcionaria como vicepresidenta temporal, citando justificaciones ambiguas que han sido criticadas por sectores políticos y sociales.

Esta decisión no solo ha sido vista como un intento de desplazar a Abad, sino que también pone en duda el respeto del presidente por las normas democráticas y la estabilidad institucional del país.

Mientras tanto, Ecuador se encuentra en una encrucijada, con un gobierno que parece más enfocado en disputas internas que en atender las necesidades urgentes de la población.

Las denuncias de la vicepresidenta no solo revelan fracturas profundas en el Ejecutivo, sino que también plantean preocupaciones serias sobre el respeto a la legalidad y los principios democráticos en el país.