El cantante colombiano Camilo Echeveri encantó al público capitalino con su voz, sus letras y, sobre todo, su modestia. El cantante aprovechó la oportunidad para estrechar lazos con sus fans, que contaban los días para verlo en el escenario del Coliseo General Rumiñahui.
En varias ocasiones se colocó al borde del escenario para estar cerca de su tributo. "Gracias, Quito. Gracias, Ecuador". Estrechó la mano de algunos miembros del público e incluso abrazó a otros. Cantaron "codo con codo". Era su manera de formalizar su idilio con los fans ecuatorianos.
Con una actuación llena de emoción y energía, con un repertorio repleto de canciones sobre el amor, la aceptación y la diversidad. Llegó a la capital con sencillos que acarician el alma y otros que animan a bailar.
En los conciertos se pudo observar a fans de todas las edades. Decenas de niños se cogieron de la mano de sus profesores, mamás y papás y realizaron sus mejores movimientos al ritmo de TuTu. También saltaron y gritaron hasta casi perder el habla. Fue el momento más emotivo de la noche.
La mayoría de ellos llegaron al Coliseo General Rumiñahui con pancartas en la cabeza y banderas ondeando. Expresaron su amor por uno de los artistas más populares de Colombia en coloridas cartulinas.
El cantante colombiano de corazón lleno de amor siguió deleitando al público con sus canciones. Cantaron: Vida de rico, No te vayas, Millones, Tattoo. Al final del espectáculo, fueron las fans quienes agradecieron a Camilo por dos horas de entrega total.
El artista se comunicó con su "tribuna" durante todo el espectáculo. Siempre estaba activo, moviéndose de un lado a otro. Apareció en el escenario vestido de blanco: camiseta sin mangas y pantalones anchos; iba descalzo.
