Cuando se les pidieron los documentos y permisos necesarios, la caravana continuó su recorrido sin ningún contratiempo. Sin embargo, al llegar a la parroquia San Gabriel; salieron a su paso varios transportadores alegando que ellos eran los que mandaban en la vía y que no dejarían transitar ningún vehículo colombiano, relató el conductor al mismo medio.

“Ahí comenzó la de 'troya' porque algunos de los transportistas del Ecuador fueron agresivos con sus palabras y no sabíamos qué hacer, no teníamos ni idea que ellos eran los que dicen quién entra o quién sale de su país con carga”, aseguró uno de los conductores a Blu Radio.

Asimismo, añadió que “insistimos una y otra vez que el presidente Guillermo Lasso había dado su consentimiento para transitar ante la gravedad de la emergencia en Colombia, pero ellos indicaron que ellos jamás fueron consultados”.

Tras varios intentos de diálogo con los transportadores ecuatorianos, se llegó a un acuerdo de que el 50 por ciento de la flota colombiana viajara. El resto, debería hacer el enganche y desenganche. Esto generó un costo adicional para los vehículos que fueron reemplazados de casi 15 millones de pesos por transportador.

El presidente de la ACC Nariño, Andrés Charfuelan, indicó que la caravana deberá cumplir con esta ruta para llegar a Colombia y, por esa misma, se devolverá transportando combustibles.

Finalmente, Charfuelan se mostró preocupado frente a nuevas amenazas de no permitir el ingreso de más tractomulas; y fue enfático en que el Gobierno Nacional debería tomar cartas en el asunto frente a los atropellos que están siendo cometidos con los conductores de carga.