Opinión
Exclusivo NOVA

Instituto Ecuatoriano Sin Solución (IESS)

Pablo Izquierdo Pinos Médico Sanitarista, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

Por Pablo Izquierdo Pinos, especial para NOVA

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein

El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) no tendrá en diciembre 50 millones de dólares para pagar pensiones de jubilados beneficiarios del seguro de invalidez y de montepío (muerte). Pero los prestadores de clínicas privadas facturaron al IESS 439 millones de dólares en el primer semestre del 2021 por 2.8 millones de atenciones de afiliados. Suponemos que el presidente Lasso quien dijo que su “objetivo será trabajar por una administración eficiente de los recursos de los ecuatorianos” estuvo convencido que sus colaboradores del “tanque del pensamiento” tenían los planes, programas, fechas de ejecución, valoración de resultados, evaluación de perfiles individuales de liderazgo y equipos de especialistas que tomen la posta (de las aun prorrogadas autoridades del Gobierno anterior) y solucionen y nos expliquen estas y otras inconsistencias. Pero no. Pasan los días y no hay lo más importante: el qué hacer.

Con estos antecedentes, el balance de los primeros casi cuatro meses de la administración del IESS no habilita a mirar el futuro con optimismo. Los cien primeros días se perdieron con un ex presidente del seguro que ni siquiera se animó a separar a las autoridades nacionales de su entorno, peor ejecutar los cambios en las direcciones provinciales, médicas, administrativas y gerencias hospitalarias y reemplazarlos por técnicos. Tampoco hubo una propuesta seria de solución a la evidente crisis actual y la trillada justificación al salir fue que recibió “presiones y vendetta de las mafias”. En el Decreto se le “agradece por los servicios prestados” (?) ¡Que pase el… próximo!

La seguridad social es un derecho constitucional convertido en territorio de conflicto distributivo donde concurren ideología, intereses, capacidad de acción y recursos económicos. Hace falta dinero, cierto; pero también cerebro. Por eso es tan importante reconstruir la capacidad del Estado Nacional y el Gobierno para orientar el sistema de seguridad social como una verdadera “aseguradora”: si el Estado es el lugar donde la sociedad puede pensarse para poder gobernarse a sí misma, quienes ocupan los sillones de la presidencia y el Consejo Directivo del IESS (que se supone son expertos en salud y seguridad social) deben impulsar verdaderas reformas fundadas en consensos informados que cambios improvisados, más autoridad profesional y moral que intrigas y favoritismos personales por amiguismos y afectos, más racionalidad que autobombo. Más conocimiento que improvisación ¿Será posible que usted les exija esto señor presidente? El tiempo vuela…

Botín político: Vale la pena detenerse a reflexionar cuándo fue que los afiliados pasamos de tener acceso y coberturas universales a tener que mendigar un turno. Efectivamente, los hospitales del IESS pasaron de significar un acceso abierto a ser una interminable sala de espera a la miseria. Un acceso lento, insuficiente y deficitario demuestra que asequibilidad no es lo mismo que accesibilidad oportuna. ¿Cuándo fue que un solidario “efector” de seguridad social y salud pasó a ser un simple “derivador” hacia los “prestadores” privados del negocio empresarial? Europa y Canadá hacen lo contrario: la red privada “deriva” hacia lo público en donde está la mejor atención.

Lo que se ve finalmente es que solo se dan vueltas en el mismo círculo, sin un plan coherente y sin lograr asignar a cada quien lo que debe hacer. Cómo esperar resultados distintos si se sigue haciendo lo mismo y con los mismos. Eso sí…sirve para hacer de cuenta que se hace algo. Y si no se hace nada es fácil culpar a las mafias, a los mandos medios y al que me antecedió en el puesto. Pero el costo es muy alto y lo pagamos todos los ecuatorianos. Excepto los prestadores externos y los intermediarios, ellos reciben los pagos y comisiones oportunamente. No hay señales de cambio.

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