Fue denegada la detención de Jorge Glas que se encuentra refugiado en la embajada mexicana
El exvicepresidente, Jorge Glas Espinel, quien se encuentra refugiado en la Embajada de México en Quito desde diciembre, ha sido objeto de una solicitud de detención por parte del gobierno ecuatoriano el 1 de marzo. Sin embargo, el acceso para ejecutar dicha detención ha sido negado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador ha hecho pública su petición a través de las redes sociales, indicando que la Cancillería ha solicitado a la Embajada de México su consentimiento para permitir que las fuerzas del orden puedan cumplir con la disposición de la Corte Nacional de Justicia.
En relación con la información que circula en redes sociales, confirmamos que la Cancillería, como canal diplomático, ha solicitado a la Embajada de México el consentimiento para que las fuerzas del orden puedan dar cumplimiento a la disposición de la Corte Nacional de Justicia.
— Cancillería del Ecuador 🇪🇨 (@CancilleriaEc) March 1, 2024
Glas ingresó a la sede diplomática mexicana el 17 de diciembre, buscando protección debido a lo que él describe como temor por su seguridad y libertad personal.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha confirmado que el gobierno mexicano está analizando la solicitud de Glas. México ha sido tradicionalmente acogedor con los asilados y refugiados políticos, pero en este caso, las autoridades están evaluando si se trata de una persecución política o de un problema legal relacionado con acusaciones de corrupción.
La canciller mexicana ha enfatizado que las autoridades ecuatorianas no tendrán acceso a la embajada mexicana, subrayando que permitirlo sentaría un precedente indeseable.
El refugio de Glas en la embajada mexicana coincidió con una orden de prisión preventiva en su contra por un nuevo juicio relacionado con presunto delito de peculado en el proceso de reconstrucción de la provincia de Manabí, tras el terremoto de 2016.
Glas ya había pasado cinco años y cuatro meses en la cárcel antes de beneficiarse con la prelibertad, producto de la unificación de dos condenas en su contra: una de ocho años por cohecho en el caso Sobornos y otra por seis años por asociación ilícita en el escándalo de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Sin embargo, en diciembre pasado, su solicitud para continuar en régimen de prelibertad fue rechazada.
