La periodista Maria Abi-Habib, quien recorrió el país y fue testigo de operativos junto a la Marina ecuatoriana, señaló que la crisis actual comenzó a gestarse durante el gobierno de Correa (2007 y 2017). Durante su administración, se desmantelaron estructuras clave de cooperación internacional y mecanismos de control que habían sido efectivos en el combate contra el narcotráfico.

El informe sostiene que Ecuador se ha convertido en una "superautopista de la cocaína", a través de la cual circula hasta el 70 porciento del suministro mundial. La eliminación de la Base de Manta, que Estados Unidos utilizaba para enfrentar el narcotráfico, junto con el debilitamiento de la colaboración entre ambos países, dejó al Estado ecuatoriano prácticamente incapaz de frenar el avance de los cárteles.

Sin el apoyo estadounidense, que ahora se centra en combatir el fentanilo, organizaciones como los cárteles mexicanos, grupos guerrilleros colombianos, redes criminales europeas como las mafias albanesas y bandas locales han fortalecido sus alianzas para operar dentro del territorio ecuatoriano.

Según lo expuesto en el artículo, miembros de la Marina ecuatoriana reconocen que, pese a su dedicación actual, se enfrentan a delincuentes con superioridad en armamento, recursos y capacidad logística.

El texto concluye señalando que, aunque Ecuador no produce cocaína, en la actualidad se ha convertido en el mayor exportador global de esta droga. Este vacío institucional, originado y acentuado durante la administración del correísmo, ha dado lugar a un contexto de violencia, miedo y una lucha contra el narcotráfico que todavía está lejos de resolverse.