La demora de 27 días en la proclamación de resultados, tras la segunda vuelta entre Noboa y Luisa González, de Revolución Ciudadana, ha generado críticas por la lentitud del proceso. El CNE anunció que Noboa obtuvo 5.870.618 votos, equivalentes al 55,63 por ciento, mientras que González alcanzó el 44 por ciento. En los próximos días, se entregarán las credenciales a Noboa y a su vicepresidenta, María José Pinto, para el período 2025-2029.

Esta tardanza se vio agravada por las reiteradas desestimaciones de las denuncias de la oposición. El 2 de mayo, el CNE rechazó la solicitud de recontar miles de urnas presentada por Revolución Ciudadana. Días después, el 6 de mayo, el tribunal electoral también desestimó un nuevo informe de la oposición que señalaba irregularidades, calificando la petición como infundada. Estas decisiones, sumadas a la falta de transparencia, han alimentado dudas sobre la integridad del proceso electoral y la legitimidad de la victoria de Noboa.

A pesar de las controversias, tanto las autoridades electorales como observadores externos han reconocido el triunfo de Noboa. Incluso algunos miembros del bloque de González han aceptado los resultados, aunque persisten cuestionamientos sobre la gestión del CNE. La opacidad en el manejo de las denuncias y el tiempo excesivo para oficializar los resultados sugieren fallos estructurales que podrían socavar la confianza en el sistema electoral.

En este escenario, Noboa, de 37 años, enfrentará su segundo mandato tras poco más de 16 meses en el poder. Durante su campaña, prometió intensificar la lucha contra el narcotráfico y revitalizar la economía, que aún no se recupera completamente de la pandemia.

El gobierno proyecta un crecimiento del 4 por ciento para este año, impulsado por una mayor recaudación fiscal y medidas de austeridad, además de buscar inversión privada para el sector petrolero. Sin embargo, la persistente violencia y la inestabilidad política representan retos significativos.

La reelección de Noboa, quien ya derrotó a González en 2023 para completar el mandato de Guillermo Lasso, llega en un momento crítico. La demora en confirmar su victoria y las sombras sobre el proceso electoral podrían debilitar su capital político, mientras el país espera soluciones urgentes a sus problemas estructurales.